Los humanos son, en esencia, creadores de patrones. Nuestras mentes se deleitan descubriendo elementos repetitivos en todo lo que vemos a nuestro alrededor, desde las escamas de las serpientes y los pétalos de las flores hasta las rugosas cimas entrecruzadas de las montañas desérticas. El reconocimiento de patrones es, en cierto modo, nuestro fuerte. Así que no es de extrañar que a lo largo de la historia y alrededor del mundo, las culturas hayan revestido todo, desde paredes y suelos hasta ellos mismos, con los cuadros alternos de color o tono que conocemos como "cuadros".
Vamos a sumergirnos profundamente en el atractivo global que desafía tendencias de este patrón atemporal.