En esta segunda entrega de nuestra serie de tres partes que explora la elegancia y versatilidad del terrazo en algunos de los proyectos arquitectónicos más icónicos del mundo. Continuamos con el museo Guggenheim de Nueva York.
En el corazón del Upper East Side de Manhattan, el Museo Solomon R. Guggenheim, comúnmente conocido como El Guggenheim, se erige como un testimonio del espíritu innovador de la arquitectura del siglo XX. Diseñado por el visionario arquitecto Frank Lloyd Wright, el viaje de construcción del museo y su elección del suelo de terrazo simbolizan una fusión armoniosa de arte y arquitectura. Este artículo profundiza en el diseño y la construcción del museo, con un enfoque en el papel significativo del suelo de terrazo en la realización del sueño arquitectónico de Wright.
El Visionario: Frank Lloyd Wright
La historia del Museo Guggenheim comienza en 1943, cuando Wright fue comisionado para diseñar un edificio que albergara y exhibiera una extensa colección de arte moderno. Durante más de 15 años, Wright creó más de 700 bocetos y seis juegos de planos de trabajo, cada uno encarnando su filosofía de arquitectura orgánica. El diseño de Wright no era solo un edificio; era un "templo del espíritu", tal como lo imaginó Hilla von Rebay, la primera directora del museo.
La Maravilla Arquitectónica: Diseño y Construcción
El diseño de Wright fue revolucionario, con una galería principal con una rampa helicoidal que rodea un pozo de luz coronado por un tragaluz. La ubicación del museo en la Quinta Avenida, con vistas a Central Park, fue elegida por su entorno sereno en medio del bullicio de la ciudad. El diseño y la construcción enfrentaron numerosos desafíos, incluyendo desacuerdos sobre elementos básicos y cumplimiento de los códigos de construcción. A pesar de estos obstáculos, la tenacidad y la visión artística de Wright prevalecieron, culminando en un edificio que, después de su finalización en 1959, fue celebrado por su diseño innovador y expresivo.
La arquitectura es nuestra pasión y está obra la encontramos tan revolucionaria, icónica y representativa del terrazzo que nos obligamos a rendirle un pequeño tributo. Uno de nuestros blends lleva el nombre de este museo. Guggheneim ¡qué casualidad! es uno de nuestros best sellers.
¿Por Qué Terrazo?
Aunque el primer material que se viene a la mente al pensar en el Museo Guggenheim es el concreto, el segundo material más utilizado dentro de esta icónica estructura es el terrazo, presente en cada piso de exposición. El terrazo es tradicional y maravillosamente simple.
El origen del terrazo, como hemos mencionado en repetidos artículo de este blog, se remonta a finales del siglo XIX en Italia. Allí, se utilizaba más comúnmente en edificios comerciales e institucionales. De hecho, fue en un entorno como ese donde Frank Lloyd Wright decidió utilizar este material en su creación arquitectónica más icónica y final. En una carta de enero de 1957 a George N. Cohen de Euclid Contracting Corporation, Wright describió su momento de inspiración:
–Cuando caminé por el suelo del aeropuerto en Roma, dije: esto es, el suelo ideal para nuestra rampa. No es excesivamente caro o no lo habrían estado usando para tantos m2 de suelo en un aeropuerto italiano. El nombre del compuesto es Terrazo Acmetyle. No aceptaré ningún sustituto que no esté familiarizado con este producto–.
El terrazo fue elegido por su durabilidad, facilidad de mantenimiento y atractivo estético. Su superficie reflectante complementa la arquitectura orgánica de Wright, realzando la fluidez y continuidad del museo. La practicidad del terrazo en un espacio público de alto tráfico, junto con su presencia sutil pero elegante, se alinea con la estética modernista del museo. El terrazo en la rotonda del Guggenheim sigue tal como fue originalmente instalado por el contratista V. Foscato Inc. de Long Island City hace 55 años, con poco desgaste de los 1.2 millones de visitantes que caminan por los suelos del museo cada año. (Partes del terrazo en el edificio Thannhauser del museo han sido reemplazadas). La condición de los suelos es el resultado de un mantenimiento constante y detallado: el terrazo requiere reparaciones continuas y se limpia y restaura cuidadosamente utilizando el mármol blanco original de Georgia, cemento Portland y aditivos. Este trabajo de restauración se lleva a cabo con meticulosa atención por Larry Godfried, quien es un artesano de su oficio, un hallazgo raro en la industria de la construcción hoy en día. Godfried suele encontrarse trabajando en el museo durante nuestro período de cambio entre exposiciones. Su durabilidad es un testimonio del meticuloso mantenimiento que recibe, preservando su belleza y funcionalidad. Los visitantes pueden observar tres variaciones en el color del terrazo, cada una marcando una renovación importante en la historia del museo, proporcionando una narrativa visual de su evolución.
El Museo Solomon R. Guggenheim no es solo un contenedor para el arte; es una obra de arte en sí misma. Cada elemento, desde las curvas envolventes de su exterior hasta los suelos de terrazo, contribuye a una experiencia cohesiva e inmersiva. El suelo de terrazo, en particular, juega un papel crítico en esta sinfonía arquitectónica, ofreciendo un testimonio silencioso pero poderoso del genio de Wright en la integración de forma y función. En el Guggenheim, el terrazo es más que un material para suelos; es un lienzo que prepara el escenario para los diálogos artísticos y arquitectónicos del museo, resonando a través del tiempo como un símbolo de belleza y innovación duraderas.